Durante mucho tiempo todos aquellos especialistas en Medicina del Deporte que han estado trabajando a pie de pista con el deportista, tratando de acortar los períodos de recuperación de las lesiones, habían soñado con disponer de medios técnicos asequibles a su alcance para poder llevar a cabo en el día a día, un diagnóstico preciso de todas las lesiones traumáticas y por sobreuso que afectan a estos pacientes. La introducción vertiginosa de la ecografía en Medicina y Traumatología del Deporte se ha producido, como consecuencia de la gran cantidad de ventajas que aporta esta técnica diagnóstica sobre otras técnicas de estudio, especialmente en la valoración de tejidos como el músculo, ligamento y tendón. Entre estas ventajas hay que señalar las siguientes: – Permite desarrollar estudios dinámicos, que determinen con exactitud, el diagnóstico de pequeñas lesiones, que puedan pasar desapercibidas, cuando las estructuras permanecen en reposo. En el caso de uniones articulares complejas como la articulación escápulohumeral, a partir de maniobras dinámicas, se puede demostrar la existencia de síndromes de atrapamiento. – Permite la realización de estudios reiterados que facilitan un control evolutivo en el día a día del deportista lesionado. Al carecer de contraindicaciones, esta técnica, rápida y de bajo coste, permite realizar la exploración comparativa con el lado sano para precisar la extensión y las características del área lesional. – En la actualidad la utilización de equipos compactos facilita el empleo de esta técnica a pie de campo, gracias a la comodidad de aplicación, la inocuidad, su carácter no radiante y su accesibilidad. – Los nuevos avances tecnológicos como el estudio tridimensional, la elastografía, el Doppler de alta resolución o la cuantificación del Doppler, están permitiendo completar el examen de la lesión músculo-esquelética de forma que, pequeñas lesiones son ahora fácilmente diagnosticadas. Por otra parte, hay que considerar algunos inconvenientes de la ecografía en comparación con otras técnicas diagnósticas, como es la escasa independencia del explorador, la variabilidad interobsevador, la visualización deficiente del hueso, y estructuras intraarticulares así como la de ciertos músculos.
Sin embargo, se están desarrollando nuevos usos de la ecografía como la aplicación de técnicas intervencionistas eco-guiadas para procedimientos quirúrgicos. Por ello, la evacuación de colecciones líquidas o las infiltraciones peritendinosas, el lavado de calcificaciones periarticulares, las técnicas de proloterapia, la escleroterapia de vasos tendinosos o las pequeñas tenotomías se desarrollan con una mayor seguridad y manteniendo visible el espacio que va a ser tratado, sin dañar los tejidos vecinos.